La fuerte conmoción que produjo en todos los niveles del estado el crimen del comisario Guillermo Morgans, que era titular de la Agrupación de Unidades Especiales de la Unidad Regional II y fue ultimado por delincuentes en medio de un robo, se tradujo a la emotiva despedida que se realizaba este miércoles en una sala velatoria de Córdoba al 2900.

Los máximos jefes de la Policía de Santa Fe acompañaron a la familia de la víctima, que tenía más de 20 años de servicio. Entre ellos estuvo el titular de la UR II, José Luis Amaya.

El ministro de Gobierno, Rubén Galassi, se acercó en representación del Ejecutivo provincial, ya que Antonio Bonfatti se encuentra en una misión comercial e institucional por Nueva Zelanda.

Mientras tanto, aguardaban por la presencia de funcionarios del Poder Judicial, con quienes Morgans tenía diálogo frecuente y trabajo en conjunto. En ese contexto estuvo el juez Juan Carlos Vienna, que se lamentó por el hecho y se esperanzó con algún resultado rápido en la investigación.

"Eso va a demostrar que podemos confiar en la Justicia", dijo el magistrado, que -a nivel personal- consideró que "no fue un episodio en el que fueron a matar a un jefe policial, sino un hecho de robo".

En su llegada al lugar, el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, sostuvo que es "un día muy triste para la ciudad".

Asimismo, ante el móvil de Radio 2 señaló que la intendenta Mónica Fein "estaba muy conmovida por la situación" y que no bien aterrizara en Rosario proveniente de San Pablo iba a estar en el lugar.

Para el mediodía de este miércoles estaba previsto que la familia del comisario asesinado recibiera, a modo de homenaje, una bandera argentina y elementos que utilizó en su extenso paso por la fuerza.

Posteriormente iban a realizar el traslado de los restos de Guillermo Morgans al cementerio La Piedad.