Los datos se sistematizaron a partir de la creación de la Unidad Especial de Apoyo y Coordinación para la Prevención y Lucha contra la Trata de Personas, un área policial que se creó para la investigación de supuestos casos de secuestros de chicas para luego ser explotadas sexualmente. Paradójicamente, de las denuncias recibidas hasta ahora, apenas un dos por ciento podría tener que ver con este delito.
Es más, según explicaron desde la repartición, desde que la Unidad Especial empezó a funcionar "sólo once casos de los denunciados quedan como sospechosos y podrían tener que ver con la trata de personas, porque el juez no los caratuló ni como fuga de personas ni como pedido de paradero´´.
Casi el 75 por ciento de las denuncias por localización de personas corresponde a pedidos de paradero y casi un 25 por ciento a fuga del hogar. En un 65 por ciento de las denuncias, las personas a localizar son mujeres adolescentes; el 35 por ciento restante involucra a varones.
Según la estadística, la mayoría de los que se ausentan son jóvenes de ambos sexos de 14 años; se siguen en proporción chicos y adolescentes de 15, 13, 16, 12 y 11.
“Esto denota un quebrantamiento de los vínculos familiares; son fugas de hogar generalmente por conflictos familiares. Es el primer modo de reacción de los menores de edad, sobre todo adolescentes, que ante conflictos con sus padres, dejan sus casas´´, comentó Gustavo Heredia, de la mesa intersectorial que colabora en el trabajo para combatir la trata de personas.
Heredia dijo que una de las primeras medidas adoptadas desde la flamante Unidad Especial fue enviar una circular a todas las Unidades Regionales de Policía con ``directivas básicas´´ ante un posible caso de trata de personas.
“Así se definió, por ejemplo, que ya no es necesario esperar 48 horas hasta después de la desaparición de una persona para hacer la denuncia; ahora se puede hacer la presentación y empezar a investigar inmediatamente´´, contó.