Un futbolista convenció al árbitro de que no echara a un jugador rival. Sucedió cuando promediaba el primer tiempo del partido entre el A J Auxerre y el Olympique Marsella, ambos de la primera división de Francia. El árbitro cobró una falta digna de una tarjeta roja contra un jugador del equipo marsellés pero antes de que pudiera hacerla efectiva, fue disuadido nada menos que por el jugador "agredido".