Seguramente, en sus sueños de pibe, Hernán Galíndez habría elegido otro momento para debutar en el arco de Central. Al pibe le tocó la difícil misión de reemplazar al suspendido Jorge Broun justo cuando el equipo atraviesa un bajón futbolístico y anímico que le cuesta superar, y este domingo nada pudo hacer para impedir la nueva derrota canalla ante Gimnasia de La Plata.
Este lunes, el joven golero rosarino habló en Fuera de Juego, por Radio 2, y admitió que no fue el estreno soñado: “Por el tema del resultado, el debut no fue positivo en lo más mínimo”, declaró. “No tuve mucho trabajo, porque llegaron mucho pero la mayoría fueron afuera. El gol, lamentablemente, fue un accidente”, dijo, sobre la conquista en contra de Walter Ribonetto.
En el repaso mental de todas las acciones en las que debió exigirse al máximo, Galíndez contó que “la más difícil que tuve fue la que toco y se va al lado del palo, creo que de Ormeño. Me asusté bastante en la segunda que me picó Piatti por arriba, porque pasó muy lejos de mi. Por suerte se fue afuera”. Y consultado sobre lo que le dijo Alfaro al final del juego, comentó: “No hablamos del partido. Se habló de que hay que trabajar para salir de esto lo antes posible y ponernos a pensar en Boca. El técnico pidió tranquilidad”.
En cuanto a la posible influencia en el mal trabajo del equipo de los dichos de Usandizaga, el arquero suplente subrayó que: “Ese es un tema pasado, quedó atrás. Nosotros estamos pensando en sacar a Central de esto lo antes posible, porque Central está antes de cualquier jugador, técnico o dirigente”. Y negó que la hinchada haya ejercido una presión negativa con su nerviosismo: “La presión la tenemos nosotros mismos: agarramos el diario, nos vemos últimos y nos pone mal. El aliento ayuda, pero la presión en realidad la tenemos nosotros mismos. Moral y éticamente no podemos soportar lo que estamos viviendo”, culminó.
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