Algunos dibujan esprirales ascendentes, flechas, círculos estirados o cuadrados. Otros son más detallistas e intentan con casas, hombrecitos y flores. Muy pocos se resisten a dibujar los márgenes de las hojas mientras hablan por teléfono, estudian o escuchan al profesor.
Aunque parecen trazados al azar, esos dibujitos tienen un significado, según publicó el diario Perfil este miércoles. Al parecer, la forma, la fuerza, la presión y la velocidad con la que se realizaron dicen mucho de las personas, de sus estados de ánimo, pensamientos ocultos o hasta sentimientos desconocidos.
" Rabias, dudas, alegrías, angustias. Muchas veces los descargamos en trazos, rayas, garabatos, y son proyectivos de contenidos inconscientes”, señaló la grafóloga Leda Santos, especialista en selección de personal y profesora del Instituto Superior Emerson. Según explicó, esos garabatos, por tanto, pueden ser analizados en función de "la forma que adquieren, la fuerza, la presión y la velocidad con la que han sido realizados, o de aquello que representan”.
“Siempre eso que se garabatea, que se imprime en un papel, tiene un sentido que ciertamente está más oculto y que pareciera ser que es absolutamente necesario para hacer la tarea que se está realizando. Hay una fuerza que va mas allá de la conciencia, de la voluntad conciente, que nos inspira”, indicó por su parte la psicoanalista Any Krieger, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Krieger agregó: “Como no llegan al estatuto de lo simbólico, como que no están ligados a la palabra, esos garabatos pueden expresar alegrías, angustias, dudas... Básicamente tienen que ver con la capacidad disociativa de la mente: por un lado uno está concentrado en una tarea, ya sea hablar por teléfono, estudiar o asistir a una clase; pero otro aspecto mental va por otra vía. Es algo normal, siempre y cuando ese garabato no nos impida realizar la otra tarea. Pero cuando esa situación nos hace desconcentrar seguido, si el garabato sirve para no realizar la tarea, entonces podría tratarse de una patología que habría que tratar”.
Por su parte, Santos, citando El gran libro de la grafología del especialista José Simón, dió algunos tips para conocer, de modo general, qué hay detrás de los garabatosde las personas.
Rectas, formando o no figuras geométricas: indican energía y dureza, predominio de la actividad mental, lógica, autocontrol, resolución.
Cuadrados: búsqueda de seguridad, de apegarse a lo conocido o convencional, agresividad controlada.
Triángulos: resistencia, agresividad bien canalizada; hay que analizar hacia dónde agudiza más los ángulos, predominio de la razón, de lo intelectual, actividad, intransigencia, rigidez, oposición.
Cruces: con brazos iguales señala la búsqueda de equilibrio; la cruz cristiana puede simbolizar lo divino del sufrimiento.
Estrellas: arquetípicamente simboliza los principios que presiden la armonía de dos mundos: el psicológico y el espiritual. Es la búsqueda de guía.
Predominio de curvas: son personas que se llevan más por el sentimiento, más afectivas, cordiales, quieren agradar, se contactan con suavidad, simpatía.
Espirales: indican dar vueltas y vueltas antes de iniciar una acción, preámbulos al hablar, querer acaparar la atención de los demás, narcisismo, egocentrismo, tendencia a las obsesiones, a dar vueltas sobre una misma idea fija que preocupa al sujeto.
Círculo: es representativo de la búsqueda del propio sentido, del sí mismo. Los círculos concéntricos expresan que el autor está angustiado por sus propios problemas o pensamientos, de los cuales le cuesta salir por su excesiva prudencia.
Otras características a tener en cuenta
Si el garabato está demasiado ennegrecido y excesivamente presionado, implica una elevada ansiedad, unida a una elevada agresividad, angustia; puede ser depresión circunstancial producida por un hecho puntual, o no.
Por otra parte, si el garabato es lento, sin presión ni energía, traducen pasividad, baja atención y concentración, tendencias depresivas. En cambio, si es enérgico y rápido, muestran un carácter vital, emprendedor, luchador, que puede, según el caso, señalar algo de precipitación e impaciencia.