La mayor automotriz de los Estados Unidos, General Motors (GM), presentó  su bancarrota para iniciar un riguroso programa de reestructuración que revierta las graves consecuencias que le provocó la crisis financiera internacional.

Los directivos de GM presentó hoy la solicitud de suspensión de pagos ante un tribunal de Nueva York, la única vía que le queda a la empresa para salvar su existencia.