Hortensia Ardura, la otra abuela de Ignacio “Guido” Montoya viajó de Caleta Olivia a Buenos Aires para encontrarse con su nieto tras 36 años. El encuentro se produjo después de la conferencia de prensa que brindó el músico con Estela de Carlotto. Su tío, Remo Carlotto contó que el encuentro con su familia paterna fue tan mágico como ese primer abrazo con Estela. Hasta 2006 los Montoya ni siquiera sabían que tenían un nieto.

Según informó Télam, Ignacio se reunió con su abuela Hortensia, su tío Jorge Montoya y sus primas Sabrina y Mel el viernes pasado. Antes, ambas abuelas habían mantenido una comunicación telefónica.

"Ahora entiendo por qué mi hija se enamoró de tu hijo (Walmir Oscar)", le dijo Estela a Ardura de acuerdo a lo publicado por La Nación.

En tanto Remo Carlotto, hermano de Laura, aseguró que “todo se está dando de una manera hermosa”.

Recordó que después de años de recopilar información, en 2006 los Carlotto se comunicaron con la familia Montoya sobre la posibilidad de que Walmir fuera el padre del nieto que buscaban.

"Era muy difícil porque no se puede generar expectativas porque sí, si no se tienen suficientes elementos, y además porque la familia Montoya no sabía que Walmir había sido padre", señaló el diputado nacional del Frente para la Victoria quien además, señaló que se estudiará con quién tenía vínculos Carlos Aguilar, el apropiador de su sobrino, fallecido hace tres meses.

Sobre el matrimonio que crió a Ignacio, Carlotto opinó que el matrimonio Hurban "fue víctima de un señor feudal que les dijo: `Tomen este niño y críenlo´".

Walmir, el militante que recibió 16 balazos

Los restos óseos de Walmir Oscar “Puño” Montoya presentaban al menos 16 orificios de bala y estuvieron enterrados como NN en el cementerio municipal de Berazategui hasta el 2006, según consignó Clarín.

La dictadura había simulado un “enfrentamiento” en el que murió el militante de Montoneros el 27 de diciembre de 1977 en la calle 4 entre 30 y Carlos Pellegrini de esa ciudad del sur del Gran Buenos Aires.

Sin embargo, Montoya y su mujer Laura Carlotto habían estado secuestrados en el centro de detención clandestina conocido como la “Cancha” en las afueras de La Plata; y además, el informe del Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó que las heridas de bala que recibió –en cráneo, tórax y miembros superiores e inferiores– coincidían con un fusilamiento.

Tras el supuesto “enfrentamiento” fue enterrado en la sepultura 9-69 como desconocido e identificado ocho años atrás, en el marco de los juicios por la verdad que se habían iniciado en 1995.