El flamante presidente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, defendió sus pergaminos y negó que su llegada al máximo tribunal haya tenido que ver con su parentesco con la ex mujer del ex gobernador Carlos Reutemann, Mimicha Bobbio. Fue, de alguna manera, una respuesta al actual mandatario provincial, Hermes Binner, que días atrás habló de los que están en la Corte por ser familiares de dirigentes político que tuvieron el poder designarlos y que ayer contestó sólo con una sonrisa cuando le preguntaron qué opinaba sobre la designación de Gutiérrez.

Es que, en un marco de enfrentamiento entre el gobernador y la Corte, no hay nombre que pueda caer peor en la Casa Gris que el de Gutiérrez, que igualmente fue elegido por sus pares del máximo tribunal.

“Es un honor ser presidente de la Corte de la provincia de Santa Fe y quiero agradecer el respaldo que me han dado los ministros”, dijo el magistrado en diálogo con el programa Diez puntos, de Radio 2.

Y luego buscó dejar en claro que no es un recién llegado favorecido por “un pariente que no es pariente”, ya que él no es primo de Reutemann sino de su ex mujer. “Estoy en la Justicia desde 1975”, comenzó y luego recordó que cuando el Lole asumió la Gobernación en 1991 él “ya era camarista”.

Gutiérrez abogó por “una relación normal” entre la Corte y el Ejecutivo, al tiempo que opinó sobre los últimos cruces: “Espero que este episodio no se repita en beneficio del Estado de derecho y la relación institucional”.

Además, sostuvo que el fallo de la Corte Suprema Justicia de la Nación sobre el caso Fraticelli “no fue por errores de procedimiento sino porque se aplicó un procedimiento que está vigente desde hace 50 años en la provincia de Santa Fe y deben modificar los legisladores, no los jueces”.