Una novela que se promociona “al término” de un noticiero. El esperado desembarco de una tira planteada para las 23 que, en la práctica, se comienza a emitir poco antes de la medianoche. Programas que se transmiten sin cortes comerciales. Otros que ponen demasiadas publicidades entre su presentación y su primer bloque para “enganchar” a los espectadores. Las estrategias de los canales porteños para aumentar el rating son muchas pero todas perjudican, de una u otra manera, al espectador.