Este martes se cumplen 30 años de aquellos dos históricos recitales en el estadio porteño Obras Sanitarias en los que Serú Girán se despidió de los escenarios, aunque diez años después volvió a tocar, pero sin un integrante del cuarteto. El disco en vivo que se grabó durante esos conciertos se llamó, con ironía, "No llores por mí Argentina".
Pedro Aznar, el bajista de la banda, recibió una propuesta del guitarrista norteamericano Pat Metheny, para sumarse a su grupo, y decidió dejar el cuarteto para viajar a los Estados Unidos. Además de no tener los mismo gustos musicales que Charly, David Lebón y Oscar Moro, al año siguiente viajaría para estudiar en la Universidad de Berklee.
Como dijo Charly García, para reemplazar a Aznar eran necesarios tres músicos, porque además del bajo tocaba teclados, la guitarra y hacía coros. La partida del bajista apuró el final de un proyecto que dotó al rock argentino de del talento de sus integrantes y que mostró que una banda local era capaz de asomarse a los grandes grupos internacionales.
Serú Girán cerró una etapa del rock nacional, justo antes de boom del rock nacional que se produjo a partir de la guerra de Malvinas, y antes del recambio generacional del pop de los años ochenta.
"No llores por mí Argentina" fue la mejor demostración de la enorme fuerza que la banda tenía en vivo. El disco incluye éxitos como "Seminare", "Canción de Alicia en el país" y "Cuánto tiempo más llevará".
El regreso de la banda se daría recién diez años después, en 1992, con una pequeña pero multitudinaria gira por Córdoba, Rosario, Buenos Aires y Montevideo. La demanda de entradas obligó a hacer un nuevo recital en el estadio de River el 30 de diciembre, que fue la última vez que se vió a Serú arriba de un escenario.