El menor fue secuestrado junto a su madre en Liniers y sus captores pedían 20 mil dólares de rescate.
La mujer logró escapar, pero el pequeño no tuvo la misma suerte. Desde entonces, la Policía Federal montó un operativo y realizó varios allanamientos para encontrarlo bajo la sospecha de que se trataba de una venganza familiar.
El bebé fue encontrado muerto detrás de una fábrica de ascensores en un tramo de la Ruta 3.