A tres meses de iniciada la inscripción para el Programa Nacional de Becas Bicentenario para carreras científico-técnicas, 19.726 graduados de escuelas técnicas y secundarias se anotaron para recibir el beneficio. Sólo faltan 10.000 aspirantes más para completar la meta fijada por el Ministerio de Educación: 30.000 becas. La inscripción cierra el 15 de marzo.

El plan busca potenciar carreras "prioritarias para el desarrollo del país". Son unos 200 títulos de grado universitario, tecnicaturas y profesorados científicos y tecnológicos de cuatro ramas: Ciencias Naturales, Agrarias, Aplicadas y Exactas, e Ingenierías. Hasta el momento, las carreras más elegidas por los aspirantes son Agronomía, Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil e Ingeniería Química (ver infografía).

"Las carreras prioritarias se definieron con el Ministerio de Economía. A esas se agregaron los profesorados, porque también nos importa atraer a jóvenes talentosos a la enseñanza de este tipo de disciplinas", dice Juan Carlos Tedesco, ministro de Educación.

La falta de perfiles científico-técnicos no es un problema exclusivo de la Argentina. La escasez de ingenieros, por ejemplo, preocupa en Europa y Estados Unidos. También son pocas las vocaciones por las ciencias duras o básicas. En el país, encontrar profesionales de estos perfiles es una preocupación de las empresas desde hace 5 años. "La industria se está recuperando y desarrollando con tecnologías en muchos casos de avanzada. Para poder ser empleable en esos sectores hay que estar muy bien formado. Entonces, tenemos la paradoja de muchos jóvenes desempleados y, al mismo tiempo, demanda laboral insatisfecha", apunta Tedesco. Para el ministro "el Estado es el que puede ver el largo plazo, el mercado no lo mira.

Si la formación queda librada al mercado, el riesgo que tenemos es que la demanda de formación de los jóvenes vaya en sentido contrario al desarrollo en la sociedad".

Además de cubrir el déficit de la matrícula en este tipo de carreras, el programa tiene también un objetivo social. Los principales destinatarios de las becas son estudiantes de hogares de bajos ingresos.

"Las becas tienden a democratizar el acceso a la enseñanza superior, que hoy está muy concentrado en sectores de clase media y media alta", señala Tedesco. "Si un chico de sectores medio-bajos quiere seguir estudiando, tiene dificultades.

El costo de oportunidad es hoy más alto que en la crisis, porque existe la posibilidad de trabajar. Seguir estudiando le cuesta no sólo lo que invierte en la carrera sino lo que se pierde de ganar. Por eso, las becas aparecen como el instrumento de política más eficaz", asegura.

Los requisitos para postularse establecen un máximo de ingresos en el hogar de estudiantes de educación secundaria (no técnica) de $ 3.720 mensuales. Además, es condición excluyente haber terminado los estudios sin adeudar materias y ser menor de 25 años.

Los montos de las becas van de $ 5.000 a $ 12.000 anuales para carreras de grado y de $ 3.500 a $ 5.000 para tecnicaturas. El beneficio aumenta a medida que se avanza en la carrera, y se conserva según los resultados académicos.

"El plan apunta a evitar la deserción por fracaso. Por eso, además del aumento de los montos de la beca a lo largo de la carrera, queremos acompañar a los becarios con programas de tutorías y con formación pedagógica de los profesores", informa Tedesco.

Para el funcionario, la gran novedad de este plan es la escala: "Es inédita", dice. Las 30.000 becas implican un presupuesto de $ 145 millones para 2009. "Pero se va a ir incrementando en los próximos 5 años, porque el año que viene hay que continuar pagándoles a los que obtuvieron la beca en 2009, más los que se incorporen. Es un programa ambicioso, que apunta a tener en 5 años 150.000 chicos estudiando estas carreras", observa.

Fuente: iEco