"Hay que investigar en profundidad los hechos denunciados en la comisaría 11ª por el grupo de menores", evaluó la jefa de la Policía de Santa Fe, Leyla Perazzo. Consultada por la versión difundida en los medios sobre apremios ilegales e intento de violación en esa seccional de la zona sur de la ciudad, Perazzo señaló que el tema tiene dos aristas bien distintas. "Por un lado, existe una problemática puntual que es la del policía herido de gravedad y con lesiones importantes, producto de un enfrentamiento juvenil del que resultan imputados menores de edad. Por otro lado, existen las denuncias de estos chicos de lo que supuestamente sucedió dentro de la comisaría", distinguió Perazzo. En este sentido, la jefa de la santafesina aseguró que "si las cosas sucedieron tal como lo declararon los jóvenes es aberrante". Por ahora Asuntos Internos de la policía interviene en la investigación del caso a pedido de Alfredo Vivono, subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, y Perazzo espera recibir cuanto antes los avances de la pesquisa. "Hay que investigar en profundidad los dos hechos que ocurrieron. Rescato una actuación policial rápida ante la batahola desatada en el colectivo, pero eso no se puede malograr de ninguna manera si hubo vejámenes en la comisaría y encima tratándose de menores de edad". Por su parte, Alfredo Vivono había manifestado ayer que "los testimonios de los jóvenes eran bastante creíbles", ante lo cual señaló la importancia de dar lugar a una investigación seria de los hechos. En la misma línea, se posicionaron los concejales Carlos Comi (ARI) y Juan Rivero (Frente Progresista Cívico y Social) que hoy se reunieron en el Palacio Vasallo con los padres de los jóvenes que denunciaron el supuesto intento de violación y los apremios ilegales por parte de la policía. Los ediles "llamaron a los fiscales, jueces y funcionarios provinciales a tomar cartas en el asunto". Por último, quien también tuvo la palabra en medio de este cruce de discursos fue el oficial Ojeda, agredido en la madrugada del domingo cuando, según su relato, ordenó a dos patotas que estaban a bordo de una línea 142 a pagar los boletos correspondientes al viaje. Ojeda explicó esta mañana ante las cámaras de Canal 3 que "cuando descendió del coche una de las bandas bajó para agredirlo". Lo que siguió fue una feroz golpiza: "Me golpearon en la cabeza, no sé cómo ni con qué. Pero tengo cortes, golpes y ayer me operaron para sacarme un coágulo que se había formado después de la paliza", contó. Finalmente, el agente agredido aseguró: "En ningún momento usé mi arma reglamentaria en el momento de la batahola". Y fue más lejos: "No disparé, ni siquiera la saqué", afirmó.