Lo que ya se preveía con los insultos a los jugadores y a Russo en su camino al túnel, se desató casi una hora luego del juego en el sector de estacionamiento local.
Allí, un grupo de hinchas del Canalla agredieron a golpes de puño a un familiar de Javier Yacuzzi, el más insultado de todos los futbolistas. Y también intentaron golpear al propio lateral y a Carlos Casteglione.
Intervino en ese sector la policía, que debió disipar a los revoltosos con disparos al aire. Los hechos se dieron justo en la semana posterior a la clausura preventiva del Gigante.