Luego de que San Luis anunciara que el lunes próximo vuelve al horario anterior al cambio del 30 de diciembre, son varias las provincias del oeste que hicieron oír sus quejas respecto de la modificación del huso horario. Mendoza, La Rioja y San Juan quieren seguir los pasos de los puntanos.
San Luis fue la primera provincia que se anima a contradecir la medida tomada a nivel nacional. Es que según el vicegobernador puntano, Jorge Pellegrini, hubo un 16 por ciento más de gasto de electricidad con la nueva hora. "Hicimos un seguimiento y resultó que hubo un 16 por ciento de aumento del consumo de energía. El cambio generó enormes inconvenientes a la población", dijo el funcionario.
Será entonces la primera provincia en contradecir la disposición del gobierno nacional dado que volverá al huso horario GMT-3 que regía a toda Argentina hasta la modificación del 30 de diciembre último, cuando se adelantó una hora.
"En un plan de uso racional de energía el cambio de horario es sólo una parte, pero el plan nacional sólo incluye el huso horario y concluimos que no hay ningún tipo de ventajas en el ahorro energético", argumentó Pellegrini en diálogo con radio América.
El funcionario criticó el plan del gobierno nacional por entender que se trata sólo de "un parche ya que en realidad agrandó más el agujero porque el comercio en San Luis extendió su horario a las 22 y 22:30 y en algunos casos hasta la 1 de la madrugada". El vicegobernador aseguró que en el programa nacional de ahorro de energía ve "imprevisión y falta de un plan energético".
Por su parte, los comerciantes mendocinos enviaron una carta a la presidenta Cristina Kirchner para pedir que en su provincia suceda algo similar. La Unión Comercial e Industrial de Mendoza pidió a la presidenta volver a la hora oficial anterior al 30 de diciembre último, con el argumento de que "no se produce ahorro de energía y sí complica el descanso del ciudadano".
En una carta documento remitida por el presidente de la entidad, José Poquet, se advirtió que las consecuencias son que las personas "manifiestan su cansancio y no pueden rendir con la productividad necesaria". Debido a la adopción del nuevo huso horario, en la ciudad de Mendoza amanece a las 7.40 y oscurece a las 22.15, lo que obliga a la mayoría de las familias a cenar alrededor de las 23 y muchos no concilian el sueño antes de la 1 de la madrugada. El agravante es que gran parte de los trabajadores debe levantarse a las 7 para entrar a trabajar a las 8, con lo que el descanso nocturno se ve limitado, argumentan.
Poquet recordó a la Presidenta en la misiva que "la ley de cambio de hora prevé la posibilidad de que las provincias del Oeste puedan seguir con el mismo huso horario anterior" en caso de que los efectos del ajuste no sean los esperados.