El avión que llevaba a la delegación de Chapecoense de Brasil, a varios periodistas y a otros pasajeros vinculados al equipo que iba por su chance histórica de ganar la Copa Sudamericana, se estrelló en medio de la noche a solo 30 kilómetros de Medellín, la ciudad de destino. Con las primeras luces del día, las imágenes de la tragedia tomaron una dimensión tremenda.