El debate sobre la posibilidad de castrar a personas acusadas de violaciones se originó en Mendoza. Ahora, la discusión se mudó a Santa Fe, gracias a un anteproyecto elevado a la Legislatura, que plantea la castración química para personas acusadas por delitos de índole sexual. Los autores son los diputados provinciales justicialistas Jorge Lagna y Alberto Monti con el objetivo de reducir los casos de abuso y “mejorar la seguridad en Santa Fe”.
En diálogo con el programa Diez Puntos (Radio 2), uno de los impulsores de la iniciativa, el legislador Jorge Monti señaló que “la idea surgió de llevar adelante averiguaciones en torno al tema que se trata en Mendoza y hemos visto que en parte del mundo, en países como Bélgica, Suiza, Suecia y Estados Unidos la llevan adelante con muy buenos resultados”.
Según explicó, la castración química se dispondría en forma voluntaria para quienes lleven adelante una condena firme por violación sexual. “La idea es que a esa persona no tenga una erección en base al suministro de drogas”.
Se trata de la ciproterona utilizada para bajar la producción de testosterona entre 90 por ciento y 95 por ciento; y el acetato leuprolida que la limita en un 99 por ciento. De esta forma, el individuo experimenta una disminución de las erecciones, así como también de su deseo sexual.
Sin embargo, advirtió que esa práctica “es sólo una parte del programa que dependerá del Ministerio de Seguridad”. El proyecto de los diputados contempla la asistencia psicológica de los acusados: “Estará a a cargo de personas idóneas que trabajen psicológicamente para inducir a la persona a llevar adelante esta experiencia”. El equipo se completaría con sexólogos, endocrinólogos y psiquiatras.