Una investigación que dirigen Alejandra Ballerini y Marta Ballistreri de la Universidad Nacional de Rosario y que tuvo como objetivo caracterizar el uso de bebidas alcohólicas en estudiantes de carreras del área salud afirma que el 72% de los alumnos consume preferentemente cerveza y vino pero el consumo es de poco riesgo en la mayoría de los casos. En los casos de ingesta nociva se pudo comprobar un bajo desempeño en las carreras.

La población sobre la que se realizó la investigación fueron estudiantes de las carreras Licenciatura en Enfermería, Fonoaudiología y Medicina de la UNR, Licenciatura en Enfermería, Obstetricia y Educación para la Salud de la Universidad de Santiago del Estero y se buscó relacionar el patrón de uso de dichas bebidas con el desempeño académico de los estudiantes.

El estudio se basa en la presunción de que tal consumo puede aumentar la probabilidad de que estos estudiantes se transformen en profesionales con uso problemático de alcohol u otras drogas lo que podría llegar a interferir en su actividad. Además, durante el período de formación académica, el abuso podría retrasar su egreso o precipitar el abandono de la carrera.

Se utilizó como instrumento un cuestionario auto administrado que tiene dos partes: una que revela datos sociodemográficos y del desempeño académico de los estudiantes y la otra, es el test para identificación de problemas relacionados con el uso de bebidas alcohólicas (AUDIT), desarrollado por la Organización Mundial para la Salud como método simple de identificación del consumo excesivo de alcohol.

“Hay que diferenciar entre uso, abuso y dependencia”, explica la directora del proyecto, Marta Ballistreri. La palabra uso se refiere a cualquier ingesta de alcohol. Si es de bajo riesgo significa que respeta las orientaciones médicas y legales y no termina en problemas.

El término abuso se refiere a cualquier nivel de riesgo, desde aquel con consecuencias peligrosas tanto para el que lo usa como para los que lo rodean, hasta el uso perjudicial o nocivo que resulta en daño físico, mental para la salud de la persona, así como consecuencias a nivel social (daños a otras personas, lesiones, peleas, grescas).

Y la dependencia alcohólica incluye un deseo muy fuerte a consumir la bebida, asociado a dificultades en controlar su uso a pesar de las consecuencias negativas, asignar prioridad al acto de beber sobre otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y presencia de abstinencia fisiológica cuando el uso del alcohol es interrumpido.

Fuente: UNR