Desde el comité argumentaron que las instalaciones partidarias estaban ocupadas en trabajos relacionados al proceso electoral interno, que el partido tiene previsto para el 18 de marzo, por lo que los convencionales debieron sesionar en un hotel cercano al comité.
A raíz de esto se produjeron serios incidentes, con golpes e insultos. Finalmente la tensión culminó y se determinó que un veedor nacional intervendrá ante ambas partes para llegar a un acuerdo.