Bajar música es un delito. Con el objetivo de afianzar ese concepto, cuestionado entre los internautas, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif) inició 22 demandas contra usuarios argentinos que compartían miles de archivos de música por Internet. La medida está inserta en una campaña contra la piratería desarrollada en forma conjunta en 16 países del mundo, donde en total se iniciaron unas ocho mil demandas.