Cambia todo cambia. Aunque a mediados de 2007 el tomate era un bien preciado por su alto valor, ahora debido a la superproducción son varias las provincias que tienen que tirarlo porque no se llega a vender.

Mientras en octubre pasado las asociaciones de consumidores realizaron un boicot  e invitaron a que los usuarios no compren tomates por su alto valor –había llegado a cotizarse 18 pesos el kilo debido a la fuerte demanda ante una oferta escasa debido a los intensos fríos– ahora parece que sobra tomate en todo el país.

Hay sobreoferta porque los buenos precios del año pasado incentivaron a plantar. Los productores del norte del país están pagando el kilo de tomates a 0.15 pesos por los que le conviene tirar la cosecha en Tucumán, Corrientes y norte de Santa Fe.

En el Mercado Central los tomates se cotizan de 0.40 a 0.60 por kilo y en supermercados y verdulerías el precio alcanza a pesos 3.50, un margen de hasta 500% según publica este martes el diario El Cronista.

Para los especialistas, falta una política para el invierno, tendría que poder preverse la falta de producción a futuro para que no se produzca lo que ya paso. Además señalan que faltan políticas nacionales y provinciales.