La iniciativa municipal se enmarca en un plan más amplio que contempla la instalación de cien cámaras de videovigilancia en toda la ciudad. Cada centro de salud, por su parte, contará con –como mínimo– dos filmadoras que tomarán los entornos e ingresos.
Aunque Maiorona celebró el proyecto, no cree que sea la solución al problema de la inseguridad que viven todos los días el personal de los nosocomios de la ciudad. Indicó que no funcionan como medidas de prevención ya que sólo capturan el hecho consumado; por lo que consideró más adecuado fortalecer las guardias en los accesos a los hospitales y restringir la entrada sólo a los pacientes.
“Cuando ocurren las medidas de violencia, todos nos rasgamos las vestiduras, pero a los pocos días se olvida”, se quejó la gremialista para quien es fundamental el sostenimiento en el tiempo de las medidas de seguridad.