Investigadores de la Universidad de Michigan analizaron muestras representativas a nivel nacional de encuestas de más de 1,700 adultos mayores de 25 años a los que se les preguntó por su salud física y mental, así como por las emociones que albergaban en torno a la seguridad de su trab

ajo.

Los que dijeron que temían perder su puesto de trabajo en ambos puntos del estudio informaron sobre un peor estado de salud y más síntomas de depresión que los que habían sido despedidos algún tiempo después de la primera entrevista pero que habían encontrado un trabajo cuando se realizó la segunda.

Los que tenían “inseguridad laboral crónica” eran más propensos a informar sobre un estado de salud deficiente que los que fumaban o eran hipertensos, de acuerdo con los resultados de un grupo, según el informe que aparece en la edición de septiembre de Social Science & Medicine.

"El efecto negativo de la inseguridad continua era más significativo que el desempleo en sí", dijo la autora del estudio Sarah Burgard, profesora asistente de investigación en el Instituto de investigación social de la facultad. "El punto destacado es que estas personas habían conseguido un empleo cuando se realizó la segunda entrevista".

Los que seguían desempleados no se incluyeron en el análisis, Una buena parte de la investigación analizó el estrés de estar desempleado, apuntó Burgard, pero es poco lo que se conoce sobre los efectos de la incertidumbre laboral continua, un asunto al que se enfrentan muchos trabajadores debido a los cambios bruscos del mercado laboral hoy día y a la prolongación de la recesión económica.