Por Matías Manna (*)

Muchas veces en economía, a la hora de ajustes, se utiliza la aplicación práctica de la “filosofía del corsé” al déficit público: “Si a una señora le preguntan en una corsetería, si está cómoda dentro del modelo que le dan, rápidamente le aconsejan una talla menos”. Así, recortan presupuesto pensando más en probadores temporarios que en modelos de desarrollo.