La Sala Octava de la Cámara del Trabajo de los Tribunales porteños consideró justificado el despido, ya que la actitud del trabajador de la empresa Microstar SA. supuso "la violación del deber de fidelidad y de buena fe", informó una fuente judicial.
El ex empleado de la compañía, dedicada a la "provisión de servicios y consultoría en tecnología" informática, fue sorprendido "in fraganti", cuando remitía datos relevantes de la firma para la que trabajaba a su principal competidora.
Los camaristas Luis Catardo y Gabriela Vázquez consideraron que esa actitud "implicó la violación del deber de fidelidad, en tanto afectó la lealtad y confianza mutua que deben primar en un contrato de trabajo".
El trabajador ahora despedido, siempre según los magistrados, burló el "deber de buena fe, propio de la relación laboral", al defraudar la confianza de la empresa en la que se desempeñaba como "vendedor de jornada completa".