La noticia de Argentina finalista de la Copa del Mundo empujó el precio de las entradas al último partido del Mundial a las nubes y más de uno sacó una suculenta tajada, como el británico Raymond Whelan –más conocido ahora como "el Rey de la Reventa"– detenido este lunes por la justicia brasileña acusado de liderar una red internacional de venta ilegal de tickets. Pero más acá, los ojos giraron hacia la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), sospechada de vender a último momento butacas a un precio muchísimo mayor del permitido. Sin embargo, el jefe de ventas de entradas de la Asociación, Luis Vázquez, aseguró que la comercialización fue totalmente transparente aunque admitió que ese extra se utilizó para “cumplir con compromisos institucionales”. Así, unos pocos privilegiados, con aceitados contactos dentro de AFA, pudieron ingresar al Maracaná, pese a no haber tenido preparado su ticket con antelación. “Cometimos un grave error y me arrepiento”, dijo por su parte el vicepresidente Luis Segura.

En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Vázquez explicó que a último minuto la Fifa puso a consideración de los dos países finalistas un remanente de entradas que fueron utilizadas para cumplir “con compromisos institucionales”.

Aclaró, no obstante que se respetó el precio de los tickets y que AFA no cobró un plus por ellos. Aseguró que en el procedimiento no hubo nada irregular. Reconoció, no obstante, que se vendieron a allegados a la Asociación y que como fueron ofrecidas a horas del choque deportivo, se tuvieron que cobrar a las apuradas, muchas veces en los mismos lobbies de los hoteles lo que podría haber despertado suspicacias. Pero insistió, “hay un registro exhaustivo”.

“Tendriamos que no haberlas tomado y decirle a la gente que no hay más”, opinó finalmente tras el revuelo que causó esta decisión. Mismo parecer expresó Segura en contacto con el canal Todo Noticias este lunes.

“Lamento profundamente haberlo hecho, porque ahora me estoy comiendo un garrón. Acepto que es desprolijo, y si me tocase vivir otra vez un hecho similar, la próxima me guardo las entradas y no ayudo a nadie. Si alguien viaja sin entradas le diré `embromate´”, concluyó.