Que las hay, las hay. Si hasta la Justicia admite su existencia. Tanto es así que una corte alemana obligó a una bruja a devolver sus honorarios porque el hechizo que le realizó a una clienta no cumplió su cometido: que vuelva su pareja.

Un juzgado en lo contencioso administrativo de Munich dictaminó esta semana que la mujer, que se dice bruja, debe reintegrar los 1.275 dólares recibidos por un servicio que es "objetiva y completamente imposible".