La ONU, la Unión Europea y el G8 reclaman que se realicen elecciones "legítimas" en Zimbabwe ya que consideran que la segunda vuelta de los comicios –que se realiza hoy– no es válida y que sus resultados "estarán desprovistos de valor"

Fuentes de la UE calificaron la situación de "escándalo" y subrayaron que ni los comicios ni sus resultados tendrán valor alguno. Asimismo, denunciaron que "el proceso electoral ha estado dominado por una sistemática campaña gubernamental de violencia e intimidación".

 

Por su parte, los ministros de Asuntos Exteriores del G8 expresaron su "grave" preocupación por la situación en Zimbabue y señalaron que no considerarán legítimo un gobierno que se forme sin el respaldo de la voluntad popular.

 

En un comunicado emitido al término de su reunión de dos días en Kioto (centro de Japón), los jefes de la diplomacia de EEUU, Reino Unido, Japón, Alemania, Canadá, Italia, Rusia y Francia señalaron que las medidas tomadas por el gobierno de Zimbabue "han hecho imposible una ronda electoral libre y justa".

 

Este lunes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas había condenado también la campaña de violencia desatada contra la oposición zimbabuense y advirtió de que esas acciones impiden la celebración de unas elecciones presidenciales "libres y justas".

 

La situación en Zimbabwe

La segunda vuelta de las elecciones comenzó hoy con una baja participación, en una jornada marcada por la presencia de Robert Mugabe, presidente de Zimbabue desde su independencia en 1980, como único candidato.

Morgan Tsvangirai, líder del partido de la oposición Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), se retiró el domingo pasado, a tan sólo cinco días de la celebración de las mismas.

Tsvangirai alegó que no podía seguir adelante debido a la campaña de violencia e intimidación que Mugabe y su Gobierno han llevado a cabo con la ayuda de los veteranos de la Guerra de la Independencia.

El MDC consiguió en la primera ronda un 47,9 por ciento de los votos frente a un 43,2 por ciento del presidente Mugabe.

Sin embargo, estos resultados fueron rechazados por el líder opositor Tsvangirai, quien aseguró haber ganado las elecciones con un 50,3 por ciento de los votos.