La Reserva Federal de Estados Unidos inyectó hoy 35.000 millones de dólares en el sistema bancario y prometió dar tantas reservas "como sea necesario" ante la reducción de liquidez por el efecto de la crisis inmobiliaria en el mercado de crédito.

La "Fed" se unió así de manera clara al Banco Central Europeo (BCE) y a otros bancos centrales, en un intento de evitar una caída en picado de las bolsas, la primera acción a nivel mundial de este tipo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La intervención "muestra que la Reserva Federal está preocupada", opinó Joshua Stiles, de la consultora IdeaGlobal.

La Reserva Federal, por medio de su banco en Nueva York, añadió el jueves 24.000 millones de dólares en reservas temporales al sistema bancario, en dos operaciones programadas con antelación.

El volumen de esas transacciones fue superior a lo anticipado por los analistas, por lo que algunos ya vieron una intervención encubierta de la Reserva para colocar capital fresco en el mercado.

Aún así, el Dow Jones cayó ese día 387,18 puntos, un 2,83 por ciento, después de que el banco BNP Paribas suspendiera tres fondos que poseen hipotecas de baja calidad porque se dijo incapaz de saber su valor, dado que prácticamente ya no hay compradores de ese tipo de activos.

Para que no hubiera lugar a dudas, la Reserva Federal anunció hoy, en un comunicado emitido minutos antes de la apertura de Wall Street, que proporcionaría tantas reservas "como sea necesario" para facilitar "el funcionamiento ordenado de los mercados financieros".

El costo del capital se ha disparado por el temor de que las tribulaciones del sector inmobiliario lleven a una crisis del mercado de crédito en general, una posibilidad a la que apuntó la "Fed".

"En las circunstancias actuales las instituciones de depósito pueden experimentar necesidades de financiación inusuales por los trastornos en los mercados de dinero y de crédito", dijo en su declaración.

La propia emisión del comunicado es una señal en sí de la gravedad de la situación, pues la última vez que la Fed hizo una declaración similar fue tras los atentados del 11-S.

En su intervención extraordinaria en el mercado hoy, la Reserva Federal puso el dedo directamente en la herida.

Su banco en Nueva York, que usa para sus transacciones en el mercado abierto, anunció primero compras por 16.000 millones de dólares de títulos que usan hipotecas como colateral.

Horas después inyectó otros 19.000 millones de forma temporal en el sistema bancario, bajo las mismas condiciones.

Las acciones reaccionaron tras la segunda inyección de capital y el Dow Jones levantó la cabeza tras su caída inicial de 200 puntos. A las 18.25 GMT había reducido las pérdidas a 74 puntos, un 0,6 por ciento.

Al otro lado del Atlántico, el BCE colocó en el mercado 83.333 millones de dólares, que se sumaron a los 130.880 millones de dólares de ayer.

La Fed no redujo la tasa de interés de referencia para combatir la falta de liquidez, sino que dijo que extendería tantos créditos como fuera necesario "a tasas cercanas a la meta del 5,25 por ciento" para préstamos interbancarios.

Pero ante la gravedad de la restricción del crédito, algunos analistas auguran un posible recorte del precio del dinero en una eventual sesión de emergencia de la Fed este mes.

Stiles señaló que la Reserva Federal se vería obligada a hacerlo si hay "una caída libre" en las bolsas o si hay pruebas de que la crisis inmobiliaria ahoga al resto de la economía estadounidense.

Sea en una sesión extraordinaria o no, los expertos prevén que ante la turbulencia en la bolsa la Fed bajará los intereses.

Uno de los motivos para ello es que la recesión en los bienes raíces aún no ha tocado fondo, coinciden los analistas.

"Se espera que la ventas de casas y los precios, y la construcción caigan incluso más que lo previsto inicialmente, a medida que los efectos de condiciones más duras de créditos se trasladan al mercado inmobiliario", señaló Diane Swonk, economista jefe de Mesirow Financial.

Hoy se supo además que la Comisión del Mercado de Valores investiga a los mayores bancos de inversión de Estados Unidos por si ocultaron pérdidas ligadas a la crisis inmobiliaria.

Para los inversores, el gran interrogante es quién posee hipotecas de riesgo, dado que como ya han emergido en fondos franceses y alemanes, nadie quiere comprarlas por error.