La Comisión Europea dictaminó a favor de la Argentina en la disputa con la empresa Monsanto, por la exportación al Viejo Continente de productos derivados de semilla genéticamente modificada, producida en el país. 

"El gobierno argentino ha sostenido desde el comienzo de este conflicto el carácter extorsivo y coercitivo de los juicios estratégicos iniciados por la empresa norteamericana", destacó anoche un parte de prensa distribuido por el Palacio de Hacienda.    Según Economía, el objetivo de la empresa "es generar temor e incertidumbre en los mercados para que ello se traduzca en una caída de las cotizaciones de la harina de soja argentina y así contar con herramientas de presión para lograr una rápida sumisión a condiciones comerciales que no tienen fundamento legal ni técnico alguno". 

Para las autoridades del área económica, de haber prosperado la presentación de Monsanto, el comercio de granos argentino podía haber sufrido una baja en la facturación de alrededor de 3.600 millones de dólares. 

Sin embargo, "la Dirección General del Mercado Interior y Servicios de la Comisión Europea confirmó la interpretación del gobierno argentino que sostiene que la harina de soja, derivada de semilla genéticamente modificada que se importa en la Unión Europea, no infringe la patente de la empresa Monsanto", destacó
la cartera económica. 

El organismo europeo dictaminó que "no es suficiente que la información genética se haya incorporado en el producto y que esté siempre presente en el mismo, sino que además es necesario que esa información genética ejerza su función". 

"Por consiguiente, la protección de la patente no puede extenderse a los productos derivados en los cuales la información genética es residual y no ejerce ya la función genética", precisó la cartera.

Fuente: Télam