“Cuanto antes se pueda contar con los datos que ofrecen los radares, más y mejor se podrán estimar las consecuencias de lluvias y tormentas intensas, incluidas las de granizo que tanto perjuicio causan en zonas urbanas y rurales”, explicó a Rosario3.com José Luis Macor, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), quien además realizó su tesis doctoral en Francia sobre técnicas de predicción de lluvias a muy corto plazo.
“Saber cuánto puede llover y con qué intensidad, apenas un par de horas antes de que se produzca la lluvia, es una novedad que aportan las nuevas tecnologías”, afirmó Macor, y describió el método en el que trabajó durante tres años en Francia, como parte de una beca de alto nivel de formación profesional de la Comunidad Económica Europea.
La novedad la aporta el análisis de imágenes de radar conjuntamente con la utilización de ciertos modelos meteorológicos de corto plazo –en los que el investigador es experto–, que permiten proyectar los fenómenos en un período de dos o tres horas, y hasta un máximo de seis, y además estimar la intensidad de esa lluvia, y prevenir situaciones de anegamiento y eventuales inundaciones.
“El radar es una herramienta de teledetección –detalla Macor–; uno observa la situación de lluvia que se ve distribuida en el espacio cada cinco minutos: no es exactamente a tiempo real pero permite ver cómo evoluciona la lluvia y establecer qué intensidades se pueden desarrollar”. Lo que se obtiene del radar son datos de reflectividad de las gotas de lluvia distribuidas espacialmente; éstos deben procesarse para convertirse en datos de lluvia. El trabajo de predicción consiste en el tratamiento estadístico de las imágenes, ya sean de radar o de satélite.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) instaló recientemente, en su sede de Paraná, un radar meteorológico de alta tecnología que ya comenzó a emitir información a modo de prueba. Su área de influencia se extiende hasta unos 240km de radio, lo que incluye a la ciudad de Santa Fe y alrededores. La FICH lleva a cabo gestiones ante las autoridades del INTA y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para instalar una estación de recepción de información proveniente del radar.
En tanto, la Universidad Nacional del Litoral, a través de la Facultad de Ciencias Hídricas, avanza en un convenio de integración con el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la provincia, que tiene por finalidad capacitar al personal idóneo en el manejo de radares, ya que si bien se trata de predicciones a muy corto plazo, esta información permite realizar una alerta temprana ante los fenómenos más severos.