Cristina Kirchner subió al escenario con la convicción de quien está haciendo historia. Y vivió con intensidad el momento soñado: con el triunfo en primera vuelta en las elecciones de este domingo ya no es la primera dama sino la primera mujer que es electa presidente en la historia de la Argentina. Su discurso fue conciliador, nada confrontativo: llamó a la unidad nacional, dijo que convoca incluso a los que la agraviaron y se emocionó sobre el final, cuando hizo un reconocimiento a su marido, el presidente saliente, Néstor Kirchner, el otro gran protagonista de la noche.
Eran cerca de las 22 cuando la presidenta electa salió a hablar al público que se congregó frente al Hotel Intercontinental de Buenos Aires, donde se montó el búnker kirchnerista. No mucho antes los primeros datos oficiales del escrutinio –que se desarrolló con una lentitud que dio lugar a sospechas y denuncias– confirmaban lo que ya anticipaban, desde las 19, las encuestas en boca de urna: que la diferencia entre la candidata oficialista con quienes la seguían era lo suficientemente amplia como para evitar el ballottage.
Aunque no llegaba al 46 por ciento de los pronósticos que se conocieron después del cierre de las mesas, la victoria de la primera dama fue amplia: escrutado el 95,5 por ciento de las mesas, Cristina obtiene el 44,8 por ciento de los votos, contra el 23 de Carrió y el 16,9 de Roberto Lavagna. Lilita demoró hasta la 1.40 para admitir el triunfo de Cristina, luego de que a la medianoche cuestionó la transparencia del escrutinio.
Para la victoria de Cristina fue fundamental la cosecha de votos de Daniel Scioli en provincia de Buenos Aires, donde el candidato a gobernador oficialista obtenía más del 50 por ciento de los votos. Mientras, la primera dama arrasó en el norte y en el sur del país. En Santa Cruz, a pesar de las protestas kirchneristas que se sucedieron durante todo el año, la candidata K obtenía el 75 por ciento de los votos.
En el festejo en el Hotel Intercontinental hubo un claro reconocimiento al vicepresidente: subió junto con su esposa Karina Rabollini apenas después del matrimonio presidencial, antes incluso de quien fue electo para sucederlo en su actual cargo, el mendocino Julio Cobos.
La ventaja kirchnerista en provincia de Buenos Aires le quitó peso a la excelente elección que hizo en Capital Federal y Rosario –también en Santa Fe– Elisa Carrió y la atomización de la oposición también la ayudó: en el otro centro urbano de gran peso, Córdoba, el ganador fue Roberto Lavagna.
Mientras, en el cuarto lugar quedó Alberto Rodríguez Saá , que arrasó en San Luis y con un 11,4 por ciento a nivel nacional pudo retener parte del voto tradicional del peronismo y fue muy pobre la elección de Ricardo López Murphy, que estaba abajo incluso de Jorge Sobisch y Fernando Pino Solanas.