La apatía y la deseperanza reinantes en la sociedad pueden llevar al desarrollo de cuadros depresivos en algunas personas. La Organización Mundial de la Salud declaró que, luego de las cardiopatías, la depresión será la segunda causa de muerte y discapacidad en el 2020.
El doctor Hugo Lerner, vicepresidente de la Fundación para el Estudio de la Depresión (FUNDEP) asegura que “el origen y el contexto social pueden determinar el desarrollo de cuadros depresivos”.
De acuerdo con el especialista, encender el televisor o la radio, algunos días, implica sumergirse en un mundo en el cual las situaciones de violencia, inseguridad conflictos económicos y disputas sociales son protagonistas.
Mientras todo eso sucede, de lunes a lunes hay millones de personas en el mundo que se levantan todos los días para ir a trabajar, ocuparse de sus hijos, de sus familias, de sus amigos y fundamentalmente, de vivir. Pero, ¿cómo es posible desarrollarse en un contexto tan adverso?, ¿cuáles son las huellas que estos conflictos dejan en los sujetos?.
“Es innegable que en la actualidad los que nos dedicamos a la salud mental estamos más solicitados por lo que se denomina ‘cuadros fronterizos o borderline’, entre los cuales podemos mencionar a los trastornos narcisistas y las depresiones. En este sentido, podemos decir que tanto el origen de cada uno como el contexto social en que se desarrolla la persona pueden determinar la aparición de cuadros depresivos”.
“Entonces, si bien hay ‘matices’ e indudablemente los motivos de consulta se modificarán de acuerdo al recorte social que tomemos en consideración, en líneas generales podemos decir que la sensación de apatía y desesperanza no respeta clases ni estratos sociales, y se ha instalado en forma generalizada: frente a todo lo que nos toca vivir cada día, los sujetos se vuelven frágiles y débiles”, agregó el especialista.
Según la perspectiva del doctor Lerner, lo histórico social indudablemente incide en la producción de subjetividad y de patologías y sintomatologías. “Esto se pone de manifiesto en la sensación de estar caminando ‘sobre arenas movedizas’ que tiene mucha gente; y es justamente por esa percepción que una persona entra en un espiral depresivo al ser incapaz de integrarse a su medio por no poder contar con un contexto medianamente estable y previsible que le permita afianzarse”.
Pero, ¿cómo se puede ayudar a estos sujetos?, ¿el psicoanálisis tiene las respuestas?. “Si tomamos en cuenta numerosos estudios realizados con seriedad, la psicoterapia sigue ocupando un lugar central y de privilegio para ayudar a los pacientes. Inclusive, esta forma de tratamiento se ha ido adaptando a lo largo de los años para poder brindar soluciones”.
“Por ejemplo, -finalizó el doctor Lerner, médico psiquiatra y psicoanalista- hoy por hoy es inimaginable realizar una práctica como la que llevaba adelante Freud en Viena a principio del siglo XX. En la actualidad la mirada está puesta en lo externo, en lo que nos falta; mientras antes, cuando el psicoanálisis nació y se desarrolló, el marco social y cultural estaba definido por la estabilidad en algunos planos, como el familiar. De ahí que la mirada estuviera puesta en lo que sucedía puertas adentro, en la familia”.
Fuente: Prosalud-news