La comunidad educativa latinoamericana discute hace tiempo la búsqueda de una identidad regional para las universidades de América Latina, Carlos Alberto Torres, director del Instituto Paulo Freire de la Universidad de California (UCLA) analiza la actualidad de la universidad en la región y advierte acerca de la necesidad “de enfrentar la idea de educación como servicio ya que se trata de una cuestión de estado y no de mercado”.
“La imagen de unidad latinoamericana universitaria es una imagen fantástica, pero la realidad parece que es exactamente la contraria”, expresó el catedrático entrevistado por Página/12, al tiempo que agregó: “Soy un poco escéptico acerca de la búsqueda de una identidad regional para las universidades de América Latina. Crear redes, por ejemplo, no necesariamente implica crear convergencias. Este tema parece ser una hipótesis no testada pero aceptada, es decir que parece que ahora todo el mundo quiere una convergencia de la educación superior. La plurifuncionalidad de las universidades genera un desafío enorme, pero el problema perenne de la escasez de recursos hace que uno se pregunte si toda universidad está en condiciones de cumplir con todas la funciones que se le demandan”.
Para Torres “se trata de un buen proyecto, pero muy difícil de lograr. Lo importante es crear algún tipo de proyecto para evitar que se imponga un modelo de universidad que apunte a brindar un servicio, porque cuando esto sucede se acaban algunos principios básicos de las instituciones universitarias. El alumno deja de ser un ciudadano y se convierte en un consumidor que tiene derechos, pero muy pocos deberes. Este tipo de instituciones son cada vez más frecuentes en América latina, donde se está asimilando al conocimiento con una commoditie”, sentenció.
La pregunta que deberíamos hacernos según el director del Instituto Paulo Freire es: “¿será cierto que se empuja una identidad con la proliferación de instituciones de educación superior, entre las que a muchas podemos llamar “Mickey Mouse”, porque no ofrecen nada de calidad, donde otras son mecanismos de acumulación privada de capital y algunas son compromisos confesionales? Cualquiera sea la causa por la que han proliferado, no se ve ninguna garantía de que la convergencia en sí misma vaya a fortalecerlas. La imagen de regionalización, de unidad latinoamericana es una imagen fantástica, pero la realidad parece que es exactamente la contraria”.
Desde su perspectiva “el fenómeno del neoliberalismo no es sólo un modelo económico, sino que es un modelo que está vinculado con la creación de estos organismos multilaterales que comienzan a funcionar como un think tank. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, a partir del Consenso de Washington, adoptan una actitud mucho más agresiva y logran convertirse en un polo de pensamiento que ofrece asesorías técnicas con las cuales construyen y reconstruyen los espacios cognoscitivos e, incluso, disciplinares. La presencia de este pensamiento único, fuertemente esbozado en la economía, que es una técnica más que una ciencia, comienza a impactar en ciertas áreas de la ciencias sociales, especialmente la ciencia política y, en menor grado, la sociología, pero se transforma en centro del enfoque científico”, afirmó Torres.
Con respecto al problema del financiamiento presupuestario que suele ser el principal obstáculo para el desarrollo, sobre todo cuando se trata de instituciones estatales el catedrático explicó: “Podemos dar el ejemplo del presupuesto de la UCLA, donde doy clases. Allí se maneja un volumen de 4 mil millones de dólares destinados a 40 mil estudiantes. Aquí, en Argentina, la UBA tiene 300 mil estudiantes y su presupuesto anual no llega ni a 500 millones de dólares”.
Indagado acerca de la vigencia de la “Pedagogía del Oprimido” con la que Paulo Freire enfrentó al establishment educativo Torres afirmó: “No sólo sigue siendo emblemática como una enorme contribución latinoamericana, sino que uno de sus postulados más vigentes es el que advierte que la democracia no se convierta en una herramienta del neoliberalismo y, para ello, tiene propuestas concretas donde desnuda que cuando se enseña es a favor de algo y en contra de algo, a favor de alguien y en contra de alguien. Nació como una defensa de la democracia, Freire nunca dejó de hablar de las clases sociales y de las contradicciones que genera el capitalismo. En su momento tuvo un poder enorme para criticar la imagen autoritaria del Estado, que es donde reside su enseñanza más importante: ¿qué está por detrás de la pedagogía?”.
Fuente: Página 12