“Los países deben realizar una inversión de muy poco dinero por cada habitante para reducir el consumo de sal y prevenir ataques cerebrales y cáncer” afirmaron en el XV Congreso Latinoamericano de Nutrición que se está realizando en Santiago de Chile.

En este marco, un equipo de expertos de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud llamaron a los fabricantes de alimentos, consumidores y gobiernos a tomar medidas en este sentido.

Los países sólo necesitan invertir 20 pesos al año por cada habitante para reducir el consumo de sal en la población con la ayuda de campañas educativas y generar estrategias de salud pública.

Los beneficios serían enormes: menores tasas de hipertensión y reducciones en los consiguientes riesgos cardiovasculares, insuficiencias renales y otras enfermedades, incluido el cáncer de estómago.

"En Chile, el 30% de los adultos son hipertensos. Esa cifra podría ser de 20% si la industria alimentaria baja a los niveles recomendados la cantidad de sodio que pone en los alimentos procesados. Eso se traduciría en 10% menos accidentes cerebrovasculares e infartos cardíacos", dijo Norm Campbell, profesor de medicina de la U. de Calgary (Canadá) y presidente del grupo de expertos de la OPS/OMS.

La meta de la OMS es llegar a una ingesta diaria menor a 5 gramos de sal (una cuchara de té) en 2020.