En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), Camporini destacó la creación de grupos especiales de investigación pero marcó límites: “Se intentará esclarecer, no es una respuesta inmediata ni vamos a esclarecer todo. Hay entramados en estas redes delictivas, no es fácil, hay códigos de silencio entre esta gente, nadie ve nada, nadie quiere hablar y se complica todo”, se sinceró y agregó: “La ola de violencia está y esperemos que decrezca”.
Consultado acerca de las acusaciones que involucran al conocido como Pollo Bassi en el crimen de Ariel Canetero en Villa Gobernador Gálvez, Camporini observó: “Hay que tratar de evitar la dispersión de la información y saber de dónde vienen las protecciones, uno sabe por oídas pero nadie se anima a hacer alguna manifestación, los mismos familiares de las víctimas se sumen un código de silencio”, dijo.
Al respecto, ahondó: “Una cosa es lo que se dice y otra es probarlo, hay que tener cuidado porque se corre riesgo de no poder probar nada, es un gran dilema”. Luego, ante las preguntas de los periodistas Roberto Caferra y Guillermo Ghergo sobre la posibilidad de ordenar una declaración del mencionado como autor intelectual de los crímenes, respondió: “Es difícil hacer comparecer a ciertos personajes –indicó–. Si lo traigo puede parecer que hasta pierde protección pero si no tengo pruebas suficientes se lo termina fortaleciendo”, apuntó y remarcó: “El día que lo traiga es con pruebas suficientes para que no pueda salir en libertad”.
Sobre el accionar policial a través de los años en que estas denominadas bandas se han ido conformando, señaló: “Ha habido un momento de gran inoperancia pero hoy hay un compromiso diferente”, aclaró. Para terminar, aceptó que trabajar para el esclarecimiento de este tipo de hechos se puede volver peligroso: “Hay temor de lo que pueda venir colateralmente, hemos recibido comunicaciones extrañas, el temor siempre uno lo tiene, sobre todo a que puedan pegar donde duela mucho más”, sorprendió.