Con botellas de cerveza y vodka, pirotecnia, pelucas, bombos, redoblantes, disfraces encima de los uniformes y las cornetas que se suelen oir en la cancha desde la medianoche comenzó "la previa", un festejo que desde hace unos tres años los adolescentes rosarinos eligen para celebrar el primer día de clases del último año de secundaria y con la euforia de las vísperas del viaje de estudio a Bariloche. La movida comenzó pasadas las 12 de la noche y continuaba a la mañana del lunes. Hubo patrullaje de la GUM y de la policía durante toda la madrugada y no se produjeron incidentes ni destrozos de importancia.
La ciudad quedó practicamente tomada por los adolescentes. Es que de cara al comienzo de clases, los alumnos de 5º año de las escuelas secundarias rosarinas salieron a la calle a festejar su día. Aunque no hubo detenidos, en la esquina de Oroño y Urquiza patrullas policiales requisaron a los estudiantes para ver si tenían bombas de estruendo o pirotecnia.
Un grupo de estudiantes del colegio Miserircordia, Bernardino Rivadavia, Urquiza, Brigadier López, Maristas y Dante Alighieri apostados a lo largo del cantero central de bulevar Oroño desde 3 de Febrero hasta Catamarca relató a Radio 2 que "se reunieron a tomar cerveza y unos tragos en bares y minimarkets de la ciudad y más tarde salieron a caminar por el centro a la espera que llegue la hora de entrar a la escuela". Al grito de "Bariló, Bariló" los chicos hicieron sonar trompetas, tambores y silbatos y esperaban a los alumnos de 5º año del Superior de Comercio y del La Salle que se sumaban a primera hora del lunes a la fiesta. Algunos se debatían entre entrar o no al colegio este lunes a la mañana, y muchos aprovechan "la previa" para hacerse la chupina.
Los vecinos de la zona centro dieron cuenta de que así arrancó el festejo. Fueron varios los llamados de oyentes que denunciaron ruidos molestos, tambores, cantos, trompetas y timbreadas en horas de la madrugada.
Incluso, la fiesta no fue sólo en el centro. También se oyeron bombas de estruendo en la zona de Provincias Unidas y Mendoza y avenida Circunvalación y Mendoza. Aunque en el día a día ese tipo de sonidos responden a manifestaciones y piquetes, esta vez la tranquilidad de los vecinos del barrio se vio alterada producto de los festejos del colegio Inmaculada y San Antonio.
Pese a que este año los colegios tomaron medidas para frenar los festejos nada detuvo "la previa" de los adolescentes. Durante toda la semana los distintos establecimientos educativos citaron a lo padres de los chicos para ponerlos al tanto de esta nueva tendencia y para pedirles colaboración. Pero nada detuvo el desenfreno de los chicos ni siquiera los límites de los mayores.
La tendencia que crece entre los adolescentes que este año terminan el secundario requiere de una preparación previa. Los alumnos se organizan semanas antes para comprar las bebidas alcohólicas, a veces las toman en espacios públicos, otras en una casa o en un bar que logran alquilar o cerrar para la ocasión. Los padres, en la mayoría de los casos, saben de esta celebración y les dan el permiso para hacerlo.
En declaraciones a Radio 2, una chica de 17 años reconoció que desde la medianoche que estaba de festejo con el consentimiento de sus padres. "Me llaman cada una hora para controlar que todo este bien", dijo risueña.