Primero fue la lluvia, que se hizo esperar pero cuando llegó lo hizo con toda la furia (más de 35 milímetros registrados a lo largo del martes), y después fue el turno del viento, con ráfagas intensas que superaron los 60 kilómetros por hora, los que complicaron a la ciudad. Tanto la movilidad en las calles como la situación de viviendas de zonas bajas de Rosario, cuyas familias no fueron evacuadas pero padecieron el fuerte temporal, como por ejemplo en Nuevo Alberdi y Empalme Graneros.

Por todo eso, se registraron numerosas denuncias por árboles caídos y se multiplicaron los cortes de luz, sobre todo en los barrios de la ciudad (ver más abajo).

Uno de los últimos casos registrados fue en Morrison al 8200, en Fisherton, donde un eucaliptus cayó sobre una camioneta y bloqueó la calle. Patrullas de Defensa Civil trabajaban sobre esa y otras denuncias que engrosaban el número de árboles caídos (más de 60 a la tarde).

Ante ese panorama, el director de Defensa Civil municipal, Raúl Rainone, advirtió que los fenómenos climáticos continuarán a lo largo de la noche y del miércoles por lo que pidió a la población tomar medidas de prevención y no intervenir de forma directa en los inconvenientes que se generan.

“Recomendamos no querer resolver problemas en medio de la tormenta porque eso genera accidentes”, dijo a Telenoche (El Tres) y ofreció el número 103 para realizar reclamos.