La zorra zorra andaba…¿Yo señor, si señor, No señor…quién tiene la culpa? ¿Los dueños de los boliches, la sociedad, los padres, la escuela, los médicos que nada dicen, las mutaciones neurohormonales, los medios de comunicación, las crisis socioeconómicas?. Como en Cromañon, se necesitarían muertes o las patologías simultáneas y “estadísticamente significativas”, para que la alarma suene. Como el actual asesinato de un chico de 15 años de San Martín y la reyerta violenta en pleno mediodía, usando los mismos escenarios, permite volver a pensar en el efecto del abuso de alcohol (nada de sinapsis alteradas ni neuroimágenes) y otras cuestiones acompañantes del extendido “fin de semana”, entre “la previa” y “el after hour” (dura hasta el mediodía). Desde hace décadas insisto en lo que llamo “tríada fatídica” (alcohol, nocturnidad y aturdimiento audiovisual), como primer causa de morbimortalidad en adolescentes y jóvenes. Además de muertos y heridos, produce embarazos “no deseados” (eufemismo), enfermedades de transmisión sexual (genital en realidad), arrepentimientos con intentos de suicidios, etc. etc. El ataque a la conciencia (atributo humano por excelencia) o anulación de la zona frontal de la corteza cerebral, explicaría gran parte de las reacciones compulsivas, violentas, irracionales o reptileanas.