El campeón del Apertura 2002, certamen que comenzó el 28 de julio de ese año tras el Mundial de Corea-Japón, fue Independiente de Avellaneda, que cosechó 43 puntos con la conducción de Américo Gallego. Central acabó decimotercero con 25 unidades, dos menos que la Newell´s, que culminó tres escalones arriba con 27. El goleador del torneo fue Andrés Silvera, del Rojo, que gritó dieciséis veces en total.
Pero lo realmente trascendente para los canallas es lo que ocurrió al partido siguiente del que vamos a repasar en este artículo: es que después del 4 a 0 a Racing cuyas imágenes ilustran estas líneas, Central le ganó a Newell´s 2 a 0 y cortó con una sequía de 22 años sin victorias en el Parque de la Independencia. Igual, esa es otra historia, ajena a la goleada que revivimos en la previa de un nuevo duelo entre Academias.
El cotejo contó con varios condimentos interesantes: César menotti era el DT auriazul y un discípulo suyo, Osvaldo Ardiles, conducía a los de Avellaneda. Racing arribaba envuelto en dudas por dos derrotas seguidas ante Talleres e Independiente, mientras que los de Arroyito venían de un doloroso 0-2 ante Olimpo. Pero todo cambió en esos noventa minutos: el equipo centralista anduvo bárbaro, y no le dio chances a su circunstancial oponente.
El Flaco y El Pitón pusieron el mismo sistema sobre la cancha: 4-3-1-2. Pero al margen de los números y de las posiciones, la calidad de unos fue muy superior a la de los otros. Más rápidos, más ágiles, más técnicos y con más ideas de lo que hay que hacer con la pelota los de Central. Y con la inteligencia suficiente como para saber leer el partido. Porque el negocio se brindó clarito por la franja izquierda (la derecha de Racing), donde Pino se le fue cuantas veces quiso a Marchant y donde Figueroa se recostó para explotar las limitaciones del improvisado Tambussi para abrir el hueco por donde Racing comenzó a hacer agua.
Media hora le duró a Racing mantener una paridad ficticia. Porque si bien los dos equipos llegaron dos veces cada uno, las situaciones de Central fueron mucho más claritas que las de su rival. Y es cierto que un penal regalado por Furchi (Campagnuolo no tocó a Figueroa) le abrió las puertas de la victoria al local. Pero Racing se fundió cuando la carrera promediaba. A partir de ahí se cayó definitivamente. Y terminó brindando la imagen de un equipo desorientado, desarmado y fusilado.
Racing recibió el golpe mortal a los 45, cuando De Bruno empujó el 2-0. Y en el complemento se dedicó a sufrir. Empezó un verdadero festival de toques, oles y goles. Una verdadera canallada de Central... Delgado se metió entre dos y la tocó con mucha categoría a un rincón en el tercero. Figueroa recibió el precioso taco de Arriola y con otro toque fino cerró la cuenta. Y Racing no lo soportó. Piña de Maidana a Talamonti que ni Furchi ni sus asistentes vieron. Piña de Maidana a Arriola y, tras muchas contradicciones, tarjeta roja al defensor de Racing. Una jornada negra para los racinguistas, mientras que la parte auriazul de la ciudad se preparaba sin saberlo para una de las tardes más felices de los últimos tiempos.
Las imágenes del recuerdo
En la previa de Central-Racing, repasamos un triunfo canalla en el año 2002