Las experiencias de leyes de mecenazgo son relativamente nuevas en la Argentina a diferencia de Europa donde existe mayor tradición en el tema. En el ámbito nacional, se aprobó en el año 2001 una ley presentada por el entonces diputado radical, Luis Brandoni. Debido a las críticas que recibió por parte de la gente de la cultura, finalmente la ley nacional de mecenazgo fue vetada por el presidente Duhalde en 2002.

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó a fines del año pasado "la ley de mecenazgo porteña" destinada a estimular e incentivar la participación privada en el financiamiento de proyectos de interés público.

De acuerdo al texto porteño “los contribuyentes que se encuentren al día con sus obligaciones fiscales, podrán derivar a un proyecto cultural una parte proporcional del impuesto a los ingresos brutos, para destinarlo a financiar la investigación, la capacitación, la difusión, la creación y la producción de diferentes actividades del arte y de la cultura”.

Las posibilidades abarcan desde teatro, mímica, danzas, música, letras, poesía, narrativa, artes audiovisuales, patrimonio cultural, diseño, arte digital, radio o televisión, hasta sitios de Internet con contenidos artísticos y culturales. El régimen es tan amplio que también incluye las murgas.