La Comisión de Médicos para una Medicina Responsable (CMMR) presentó una denuncia ante un tribunal de Los Angeles que apunta a que McDonald’s y Burger King, sean obligadas a informar a los consumidores sobre los riesgos que corren al consumir el pollo a la parrilla.
Todas las muestras de pollo examinadas por la CMMR y sometidas a varios test se revelaron "positivas" al PhIp, una amina heterocíclica cancerígena, sostiene la presentación judicial.
La CMMR denunció también a otras cadenas de comidas rápidas menos conocidas pero igualmente muy difundidas en todo Estados Unidos como Applebee’s y Outback.
La Asociación de Restaurantes de California rechazó la tesis de la CMMR al sostener que las cantidades de PhIp individualizadas son mínimas y no peligrosas.
La asociación calificó a la denuncia como "infundada" y "políticamente motivada".