Las ciudades argentinas tuvieron históricamente un buen diseño urbano. Las manzanas estaban divididas en clásicas cuadrículas, el área central y los edificios públicos de exquisita arquitectura, las plazas y parques diseñados por paisajistas de renombre mundial, las zonas comerciales atractivas, los bulevares y áreas residenciales con viviendas de categoría y los barrios suburbanos. Casi todas las ciudades estaban rodeabas por cinturones verdes de quintas y huertas.