Lecturas en la orilla: reabre sus puertas la Biblioteca del Paraná
El club Peña Náutica Bajada España renovó su espacio cultural que invita a leer en contacto con la naturaleza en un histórico rincón que amalgama río y ciudad. La cita es el 28 de septiembre a las 19 en la explanada de España y la barranca
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Virginia |
La Biblioteca del Paraná vuelve a abrir sus puertas a los rosarinos. El espacio cultural que está emplazado en España y las barrancas del río vuelve a funcionar y lo celebra. El acto de reapertura se llevará a cabo el viernes 28 de septiembre a las 19 en la explanada de la Peña Náutica Bajada España donde funciona. "Las actividades del club no se agotan en las cuestiones concretas del río, la pesca, la navegación y el canotaje. Sino que se abren a las manifestaciones culturales y al servicio comunitario como las de la biblioteca", remarcó Beatriz Suárez a cargo del espacio cultural.
El proyecto se remonta al año 1997 cuando la comisión directiva del club decidió crear una biblioteca pública. "Desde aquel primer momento surge, con la idea de ser una biblioteca con énfasis en la temática del río Paraná e islas del Delta y abierta a la comunidad", añade Suárez.
Ese año la comisión le pidió a la Municipalidad la tenencia de las casillas denominadas “1910” que están en la barranca y la prolongación de calle España, donde se encuentra el ingreso al club. El municipio autorizó su uso a los fines de la biblioteca en 1998 y desde ahí comenzaron a trabajar para poner en marcha el espacio.
"Fueron muchos los miembros y socios que ayudaron en ese proceso. La primera bibliotecaria que tuvo el club, Olga Dreyer que era jubilada del Museo Histórico Provincial, fundadora de la Biblioteca del Colegio de Escribanos y de la Carrera de Bibliotecología del Instituto 20 de junio fue quién brindó sus conocimientos específicos para la primera organización y fue un motor imprescindible para el funcionamiento del lugar", contó Suárez.
Desde ese momento abrió sus puertas a la comunidad y pasó a ser una auténtica bisagra entre el legendario club de la costa y su ciudad.
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Contaba con 7500 libros registrados de las más variadas características, producto de las donaciones de vecinos, entre la que se destaca la efectuada por la familia Díaz de Brito. Es así posible encontrar literatura universal y argentina, cuentos infantiles, libros de historia argentina y general, y una hemeroteca en constante crecimiento con revistas generales más las propias de caza y pesca, camping, canotaje, y actividades vinculadas al río Paraná.
"La biblioteca está en un lugar estratégico, por sus características paisajísticas y arquitectónicas fue un medio más para acercar a la comunidad rosarina a sus costas y recuperar algo de su historia. Es un espacio donde es posible leer en contacto con la naturaleza, experimentar la cercanía del río, disfrutar de árboles frondosos . Es leer en la ciudad y alejado del ruido", reflexionó Suárez.
El edificio perteneció al Ferrocarril Central Argentino , posteriormente esos espacios fueron del Ferrocarril Mitre. Actualmente conserva sus estructura originales realizadas en el principio del Siglo XX. En el ala externa se emplaza el antiguo Mojón denominado “Arbolito de la Cruz” , terrenos que fueron otorgados al Capitán Don Luis Romero de Pineda en 1689 por el Gobernador y Capitán General del Río de la Plata Don Joseph de Herrera y Sotomayor ante el escribano Juan Castañeda Becerra . La referencia geográfica para realizar la división entre las descendientes de Romero de Pineda fue el Arroyo Ludueña, hacia el norte para su hija Francisca y hacia el sur para Juana, su otra hija. El límite de este último terreno era la “Bajada de la Cruz” o de “ la Crucecita”, según el nombre del momento , hoy conocida como Bajada España.
"La actual comisión directiva de la peña que asumió en julio de 2011 se encontró con un cúmulo de libros apilados en uno de los locales, con gran deterioro y en estado de abandono. Y se empezó a trabajar con la idea de realizar reciclado, recuperación del espacio físico e incremento y organización del material bibliográfico", explicó la vicepresidenta de la entidad.
En noviembre del 2011 comenzaron los trabajos de reciclado, acondicionamiento y mejoramiento del lugar. "Se repararon techos, paredes, pisos, aberturas. Se colocaron estanterías e iluminación, limpieza, arreglo, desinfección y puesta a punto del caudal de libros como así también la ambientación general del edificio a los fines de su confortable uso", enumeró.