El intendente Miguel Lifschitz no dejó pasar la oportunidad. Y aprovechó la visita del presidente Néstor Kirchner para inaugurar un plan de vivienda del plan Rosario Hábitat para pedirle al gobierno nacional que apoye la segunda versión del programa que, entiende el jefe comunal, busca que en un plazo de entre 8 y 10 años ya no haya villas en la ciudad.

Lifschitz arrancó el discurso dejando en claro que hay sintonía ideológica con el presidente al culpar a la política neoliberal de los 90 por la marginalidad en la Argentina, parte de cuyos efectos –dijo– quiere paliar justamente el Plan Hábitat: "Nos dejó más de cien asentamientos".

"Estamos completando la primera etapa del Plan Hábitat, pero esto resuelve sólo la tercera parte del problema", afirmó. Y en ese marco pidió al gobierno que colabore para financiar la segunda etapa.

En su discurso, Lifschitz agradeció al presidente el hecho de que se impulsen para la región obras fundamentales como la autopista a Córdoba, el plan Circunvalar y el futuro tren rápido a Retiro. Pero dijo que pra "darle continuidad al proceso de recuperación económica hay que responder a la "deuda social