El intendente Miguel Lifschitz instruyó anoche a la jefatura del bloque socialista en el Concejo para que postergue una semana el tratamiento de los superpoderes. La demora del mensaje que delegaba por un año en el Ejecutivo local la facultad de aumentar las tarifas de los servicios, será hasta que cambie la composición del cuerpo y el socialismo pierda la mayoría. El intendente tomó esta decisión ante una serie de críticas de la oposición, por carecer de quórum para tratar el proyecto en la sesión de hoy y para que el oficialismo no cargue sólo con ese costo político. Es decir, sale a buscar consenso. 

"Se generó una fuerte controversia que forzaría una votación muy dividida, incluso con el riesgo de que algunos bloques dejen la sesión o no quieran dar quórum. No es un buen final para este Concejo ni tampoco una manera de tratar un tema clave como el transporte", anunció anoche Lifschitz.

Al comienzo, toda la expectativa había quedado depositada en los bloques de la oposición, en especial en aquellos con cierto grado de afinidad. Pero con el correr de los días se descartaron presencias claves. El concejal oficialista Juan Rivero, afectado por un cuadro de estrés, y Carlos Comi, quien asume hoy como diputado nacional de la Coalición Cívica, estarían ausentes como para poder destrabar la sanción del proyecto.

En tanto, la reacción opositora no se hizo esperar y incluyó amenazas de votos negativos y hasta de abandono de bancas.

"Para que no queden dudas sobre nuestra vocación democrática le pedimos al bloque oficial que, pese a contar con despacho favorable, e inclusive con la chance de tener un voto más, posponer el debate el tiempo que sea necesario y avanzar, en lo posible antes de fin de año, con la iniciativa", sostuvo el intendente.