El intendente Miguel Lifschitz se mostró a favor de que avance el proyecto de ley para despenalizar los abortos ya que, dijo, “la realidad es que hoy sólo se está penalizando a las mujeres pobres” que no tienen recursos para pagar operaciones privadas y caen en intervenciones clandestinas que muchas veces terminan en casos fatales.
Eso fue lo que ocurrió con dos jóvenes rosarinas la semana pasada y el jueves en Reconquista. “Es un proyecto que debe avanzar y concretarse”, aseguró el intendente sobre la iniciativa estancada en la Legislatura nacional.
“Creo que la ley puede ayudar porque hay muchas chicas de escasos recursos con embarazos no deseados que no pueden atenderse y la realidad es que hoy se está penalizando fundamentalmente a las mujeres pobres”, señaló Lifschitz en el programa A la vuelta de Radio 2.
Sin embargo, el intendente remarcó que el problema a resolver es en realidad la pobreza, la falta de educación, de posibilidades de acceder a métodos anticonceptivos. “Algunas cosas son de solución a largo plazo y otras no, si hay voluntad política”, consideró.
El proyecto de ley nacional autoriza la interrupción del embarazo hasta las doce semanas y por la sola voluntad de la mujer, y hasta las 22 frente a otras circunstancias como violación o riesgo de vida.
No ser atendido, la peor pesadilla
En otro plano, el jefe del Palacio de Leones accedió a responder un ping pong de preguntas y respuestas en donde reconoció que “pedir una audiencia y que no me reciban es algo que me saca de quicio, sobre todo cuando tiene un motivo fundado”. ¿Habrá sido un tiro por elevación a Cristina Fernández de Kirchner o el ministro Julio De Vido?
Lo que sí quedó claro fue el palo a Néstor Kirchner. “Autoritario”, lo calificó en una palabra. El otro nombre que le amargó la cara fue el del concejal Jorge Boasso: “Prefiero no opinar”, dijo seco.
El intendente se despidió con un impronta peronista. “¿Objetivo de máxima de la gestión Lifschitz?”, preguntó la periodista Claudia Bonato. “Justicia social”, respondió.