Llegó Yogurito, para combatir la desnutrición infantil
Científicos del Conicet desarrollaron un yogur y una leche chocolatada que evitan infecciones intestinales y respiratorias en 300 mil alumnos de Tucumán, San Juan y Santiago del Estero. El año próximo, sus beneficios llegarán también al Noreste del país
Por
Virginia |
Un grupo de científicos del Conicet desarrolló un yogur y una leche chocolatada que evitan infecciones intestinales y respiratorias en 300 mil alumnos de Tucumán, San Juan y Santiago del Estero. El año próximo, sus beneficios llegarán también al Noreste del país.
Se llama Yogurito y permite reducir en un 50% la incidencia de las infecciones intestinales y respiratorias, a sólo una semana de comenzar a consumirlo. Sin embargo, tiene un sólo problema: no soporta la temperatura ambiente, por lo que debe ser resguardado en una cadena de frío.
Por ello, no puede llegar a las escuelas ubicadas en la zona de montaña, porque se hace muy dificultoso su transporte a diario y hay escuelas que no poseen heladeras adecuadas para poder almacenarlo. Cosa que no ocurre con la chocolatada que sí está preparada para llegar a esos lugares.
Más de 136 mil niños con necesidades básicas insatisfechas de las provincias de Tucumán y San Juan, reciben tres veces por semana por parte de cooperativas de esas provincias el alimento Yogurito, que es elaborado en el marco de un programa científico-nutricional del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Ahora el programa, que tiene como objetivo mejorar el estado nutricional de los niños, será llevado a cabo en provincias como Misiones y Chaco.
Los ejes fundamentales del proyecto buscan incorporar a la dieta de los niños en edad escolar, en sectores que presentan problemas nutricionales, un yogur que contiene un probiótico láctico cuyos efectos permiten mejorar el estado de salud de estos niños, aumentando sus defensas y protegiéndolos de las posibles infecciones gastrointestinales o respiratorias.
>
Al mismo tiempo, el yogur mejoraría la eficacia de los medicamentos antiparasitarios. El objetivo se alcanza integrando el yogur a los programas sociales, principalmente aquellos relacionados con el refuerzo alimentario en las escuelas. A su vez, apunta a reforzar las economías regionales mediante la consolidación de productores cooperativos o pymes que fabriquen el yogur localmente.
De esta manera, se incentiva la producción láctea local, gracias a la demanda permanente del yogur probiótico por parte del gobierno provincial, mientras que se incorpora un factor tecnológico en la producción de estas empresas, convirtiéndolas en una fuente de empleo calificado.
El desafío fue “lograr el secado de la cepa y así poder agregarla en la leche chocolatada, para extender sus beneficios a las escuelas de difícil acceso, hasta donde no era posible transportar el Yogurito”, explicó a la Agencia CTyS la directora del CERELA y de este proyecto de investigación y desarrollo, la doctora Graciela Font.
Sobre la versión deshidratada del probiótico (Biosec), la doctora Susana Álvarez, responsable del laboratorio de Bioquímica y Clínica Experimental del CERELA, valoró que “al lograr un producto de fácil conservación, es posible entregarlo en las zonas de montaña del Noroeste argentino y esta es otra estrategia para estar más cerca de cumplir el sueño de llegar a todas las escuelas del país”.
Al igual que en el Yogurito, el microorganismo deshidratado y suspendido en la leche chocolatada caliente previene cerca del 50% de las infecciones intestinales y respiratorias, a partir de los pocos días de comenzar a recibirlo.