Su presencia solitaria en la vereda junto a dos ventiladores de techo y dos heladeras era, a las ocho de la noche, cuanto menos sospechosa. Y así lo entendió la brigada motorizada, que pasaba frente a la casa de Zeballos 1024, donde este hombre estaba parado y luego fue detenido.

Se trataba de un ladrón que acababa de robar esos electrodomésticos y algunos muebles del interior de la vivienda, desocupada, y los estaba vendiendo allí mismo, frente a la casa.

Ante la consulta de los uniformados, el joven, de 23 años, dijo que una mujer le había encargado cuidar las cosas mientras buscaba un flete para trasladarlos. Pero el personal policial advirtió que la puerta de la casa estaba abierta y había sido forzada con una palanca de hierro que también estaba allí.

Todo quedó claro cuando al rato llegó al lugar un matrimonio que minutos antes había pagado por una de las cosas y pretendía retirarla. Al menos eso le explicaron la mujer y su marido a la policía y también detallaron que le dejaron al joven 300 pesos, justo la cantidad de dinero que éste tenía en el bolsillo.

El muchacho terminó detenido en la comisaría 2ª, mientras que más tarde el propietario de la casa robada reconoció los elementos faltantes y la policía investigaba si había más personas involucradas en el delito.