Son los pocos argentinos que no se inmutan cuando tienen delante un alfajor de dulce de leche. Cómo resistirse a las tortas, los flanes, las golosinas y la lista continúa. Según los expertos, los dulces son la perdición de los argentinos, para quienes esta clase de alimentos representa casi una quinta parte de su dieta diaria.

Especialistas revelaron que el consumo local de azúcares supera ampliamente el límite recomendado, aumentando los riesgos de que el país se sume a una futura pandemia de obesidad. Por eso, sugirieron consumir más “barritas de cereal” y “postrecitos” dietéticos.

En el marco de un "Congreso Científico sobre lo Dulce y los Endulzantes", celebrado este viernes en Buenos Aires, los expertos evaluaron que es necesario que la población aprenda cómo y cuándo comer dulces, que no es necesario prohibirlos.

La preocupación es mundial y obliga a pensar soluciones para el manejo de conductas alimenticias en función de la prevención de una futura pandemia de la obesidad, dijeron especialistas de varios países del mundo reunidos en el encuentro. 

"En Argentina, un adulto consume un 19 por ciento de azúcares y dulces, más de lo recomendado por los parámetros internacionales, cuyo límite máximo no debería pasar del 9 por ciento de la ingesta diaria", dijo a Télam Adelina Ordóñez, ex presidente de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND).

Según la especialista, "hay que hacer un consumo equilibrado de grasas, proteínas y azúcares, que son los tres principios nutritivos de la alimentación y tener una ingesta acorde al gasto de calorías". "Cuando se consumen más calorías de lo que se gasta, surge la obesidad, una enfermedad que está avanzando. Esto se previene con educación desde las primeras etapas de la vida", consignó.